De lino y casimir.

Acabo de ver al diablo pasar frente a mi, no cruzamos miradas pues el lleva la vista al frente en una actitud altiva y déspota, con la frente en alto orgulloso de lo que es; se sabe admirado, temido y por muchos otros envidiado. Viste con una elegancia y pulcritud impecable. No me inspira el menor de los miedos, ni me hace temblar el frio que despide su cuerpo, los que vivimos en el desierto estamos acostumbrados a clima extremo, a frio que quema. No envidio su camisa de un fino lino color violeta ni su traje de casimir negro que porta con una elegancia repugnante. Yo soy de los que lo admiran, admiro su seguridad, la fuerza con que marca cada uno de sus pasos, para el no hay obstáculos, se sabe vencedor pues todo se mueve a su paso dejando un camino libre y seguro de andar, nadie mejor que el para saber a donde quiere llegar y esta seguro de que lo lograra por que la mayoría de los que le temen le facilitaran el camino, yo solo lo vi pasar y no puedo dejar de pensarlo y sentir lastima por el pobre Jesucristo que según la historia que conozco poco, es el único que podría vencer al tirano elegante y recuerdo la imagen de Jesucristo humilde de pies descalzos y actitud de mártir, no creo que pueda vencerlo solo con su mirada tierna y perdida, si es verdad que el murio por nosotros deberíamos ayudarlo a vencer a su oponente. Si algún dia la soberbia vestida de gala vuelve a pasar frente a mi no me are a un lado como hoy lo hice, la enfrentare y dare una gran pelea.