jueves, octubre 28, 2010
viernes, octubre 22, 2010
Sin vida no hay muerte.
Pase la tarde hablando con una mujer de edad madura que parece conocer mucho de la vida y sus ardides, después de mucho filosofar caemos en el tema final, el mas complejo del que nadie puede escapar aunque mucho se lo proponga "La muerte"; muy temida y respetada por la mayoría. Las dos desde nuestra perspectiva estuvimos de acuerdo en que le damos mas importancia a la muerte que a la propia vida. Aprendí mucho de esta charla, lo que mas me llego fue una anécdota que dio por culminado el tema: Me platico sobre su compañero de vida, al que perdió hace algunos años. Una noche como cualquier otra se fueron a dormir juntos y al día siguiente ella se despertó frente a una soledad desconocida, el corazón que tanto la amo por toda una vida dejo de funcionar, así como comúnmente se dice de la noche a la mañana. Hoy en día ella solo piensa en lo que dejo de hacer con el por motivos que en su momento parecían tener importancia y hoy suenan ridículos. Cuantas veces me invito a viajar con el y dije no por que tenia trabajo que hacer, ni siquiera recuerdo cual era el trabajo, por el que deje de vivir con el momentos que hoy serian bellos recuerdos que ayudarian a sobre llevar su perdida. La vida se acaba así me dijo ella dando una fuerte palmada que me estremeció, es como si me saco de golpe de un sueño, espero no volver a caer en ese sueño equivocado en el que es mas importante mantener limpio el vestido que jugar con los hijos en el pasto.
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