viernes, julio 23, 2010

Soñé con un hombre vestido de muerte que paso indiferente ante la desgracia de una mujer que gritaba de dolor, la mujer era una india tarahumara vestida de colores alegres que muy poco combinaban con su desdicha, en cambio el hombre que paso a su lado, era un hombre gris, de piel opaca sin vida, con los ojos secos demostrando que en ellos nunca habito una lágrima, en su rostro una expresión amarga y vil. Desconozco el motivo del sufrimiento de la mujer solo se que sus alaridos erizaban mi piel. No se si desperté contagiada del dolor de la mujer o de la vileza del hombre, de lo que si estoy segura es que aquel sueño predispuso el curso de este día.

1 comentario:

Julio César Carranza dijo...

Un sueño que turbo tu paz y te entrego al soliloquio de la hesitación. Magnifico texto.

Un abrazo.